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sábado, 8 de febrero de 2020

Así es el duro camino para convertirse en juez en España

Os traigo este reportaje realizado por Expansión:
Más de 4.000 personas se presentaron a la última convocatoria para conseguir una de las 300 plazas de juez y fiscal. Ahora, los que aprobaron están en un periodo de prácticas tuteladas en las que realizan tareas de apoyo.
¿Qué tiene que ver la danza con el mundo del Derecho? Aunque parece que son dos profesiones totalmente opuestas, en ambas la disciplina y el trabajo duro para sacarlas adelante son el denominador común. Bien lo sabe Ana Duro, una madrileña que tuvo que dejar su puesto como bailarina profesional en una compañía de danza española de Zaragoza para dedicarse a tiempo completo a sus estudios para jueza, su otra gran pasión.
Esta actual jueza en prácticas es un buen ejemplo de lo difícil que es la carrera judicial, incluso antes de entrar en ella. En su caso, comenzó a preparar la oposición en septiembre de 2015, en 2018 llegó hasta el último examen y, por fin, en 2019 y con tan sólo 26 años, consiguió aprobar la convocatoria. Y es que los jóvenes que preparan estos estudios invierten una media de cuatro años y ocho meses en terminarlos con éxito, según datos del Consejo General del Poder Judicial y Opositatest. Eso sí, para lograrlo en este tiempo aseguran que lo hacen con una dedicación completa a esta tarea.
Una vez superada la parte teórica, los jueces entran en un periodo de prácticas tuteladas, que, por ley, tiene una duración mínima de cuatro meses. En esta fase, ejercen funciones de auxilio y colaboración junto a los titulares de los órganos en los que desarrollan las prácticas, y van rotando por todos los órdenes jurisdiccionales. Se trata de la mejor forma de "probar en directo" las diferentes áreas en las que se especializarán en un futuro, aunque, en realidad, empiezan este periodo con las ideas bastante claras. Tanto es así, que penal es la materia preferida en casi el 32% de los casos, seguido de civil, con un 23%. Áreas tan importantes para la economía española como mercantil o contencioso sólo atraen a los jueces en prácticas en un 3% y un 5%, respectivamente.
Estas preferencias son independientes del lugar de residencia de los estudiantes. Tanto es así, que la movilidad en los primeros años de la carrera judicial suele ser muy elevada, ya que es complicado conseguir a la primera la plaza deseada.
Así, Andalucía y Madrid se llevan la palma en cuanto al lugar de residencia de los jueces en prácticas con un 19% y un 18%, respectivamente, mientras que en el caso de otras comunidades altamente pobladas, como Cataluña, el porcentaje no llega al 8%. En la parte contraria y sin llegar ni siquiera al 1%, se encuentran Ceuta (0,19%) y Baleares (0,96%).

Motivaciones

Con muchos años de estudio a la espalda, ¿qué motiva a los estudiantes de Derecho a enfrentarse a una oposición tan dura? Las razones son variopintas, pero, entre ellas, destacan la independencia y la imparcialidad de su labor o por su función como garante de los derechos fundamentales. Motivaciones más prácticas, como la estabilidad económica o las posibilidades que da para conciliar la vida profesional con la personal, tienen menos peso en los jueces en prácticas, que aseguran en un 77% de los casos que hablan inglés. El francés es el siguiente idioma con más aceptación (23%), mientras que los cooficiales aún tienen poca presencia -el catalán es el que más se conoce, con apenas un 9%-.
Por otro lado, aunque siempre se ha pensado que la profesión de juez es una tradición familiar que pasa de padres a hijos, los datos que manejan Opositatest y el Consejo General del Poder Judicial lo desmienten. Tanto es así, que tres cuartas partes confirman que no tienen familiares que ejercen o hayan desempeñado labores dentro del sector jurídico. De los que contestaron afirmativamente, es, no obstante, la profesión de abogado la que más vocaciones ha dado (41%), mientras que tan sólo un 17% asegura que tiene magistrados o jueces en la familia.

"CONTROLAR LA PARTE MÁS EMOCIONAL", ANA DURO PALENCIA, JUEZA EN PRÁCTICAS.

A Ana Duro siempre le ha atraído el mundo del derecho, casi tanto como el de la danza. Sin embargo, no tenía claro cuando empezó sus estudios a qué quería dedicarse exactamente. Fue una profesora de derecho penal de la Universidad Complutense de Madrid la que le recomendó que hiciera la oposición a la judicatura y hasta le enseñó el temario para que se convenciera de sus posibilidades. Su mentora tenía claro que su constancia y tenacidad hacían que fuera un perfil claro para entrar en la carrera judicial y lo consiguió con tan sólo 26 años. Sin embargo, la ahora jueza en prácticas tras aprobar todos los exámenes en la convocatoria 2018-2019 reconoce lo complicado de los años de estudio: "Lo más duro de la oposición fue el cambio de vida". Tuvo que dejar muchas cosas para centrarse en los libros, entre ellas su trabajo en una compañía profesional de danza española. Por este motivo, insiste a quienes estén pensando en seguir su ejemplo que aprendan a "controlar la parte emocional del estudio", ya que hay que ser muy metódico, disciplinado y constante, apetezca o no coger los apuntes o irse a la biblioteca. Ahora que ya es un miembro más de la carrera judicial, considera desde dentro que "hay grandísimos profesionales dentro de la Justicia en España" y reconoce que tiene "muchas ganas de aprender, mejorar e intentar cambiar las cosas para poder avanzar". Además, Duro piensa que, para conseguirlo, es necesario "revisar parte de la legislación española, principalmente para adaptarla a las nuevas exigencias y necesidades para la sociedad". Todo sea para hacer una Justicia del siglo XXI.

"ABSOLUTA CONSTANCIA Y FUERZA DE VOLUNTAD", LUCÍA FORMOSO PAINCEIRA, ACTUAL OPOSITORA.

No existen festivos para Lucía Formoso, una gallega que desde hace cuatro años no se ha tomado un día de descanso en su preparación para sacarse con éxito la oposición a la judicatura. En su caso, estos estudios son totalmente vocacionales, ya que con 12 años decidió que quería ser fiscal, alentada también por varios ejemplos dentro de su familia relacionados con el sector legal. Ahora duda si decantarse por el puesto de jueza, ya que el hecho de que se trate de la misma oposición le permitirá, una vez la apruebe, tomar uno de los dos caminos. "El hecho de ser una carrera de fondo en la que no sabes cuándo vas a alcanzar la meta, la endurece más, si bien, no hay que abandonar el estudio pues requiere absoluta constancia y fuerza de voluntad", insiste Formoso. Agradece el papel de su familia al apoyarla no sólo moral, sino también económicamente, ya que la dedicación absoluta que requiere (tiene que memorizar más de 300 temas de alta complejidad técnica) impide compaginarlo con un trabajo -según datos de Opositatest, el 95% de los estudiantes cuenta con el respaldo financiero de sus padres-. Aunque está de acuerdo con el test que deben aprobar por su objetividad, Formoso cree que se debería modificar el sistema de evaluación en cuanto a la prueba oral, que sugiere se amplíe. "Nos exigen hacer el examen en 60 minutos sin pasar de 15 en ningún tema. Resulta complicado porque a veces ceñirse al tiempo resta cualidades a la exposición o al contenido, que de otra forma quedaría más lucido", explica.

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