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lunes, 4 de julio de 2011

"Debería haber el doble de jueces en España"

Os traigo está entrevista que ha publicado Cinco Días  escrito por Borja Guerrero, a Marcelino Sexmero. Portavoz de la Asociación de Jueces Francisco de Vitoria:



Sostiene que el atasco del sistema pone en peligro la tutela judicial efectiva y que la carrera ahora no es atractiva para los jóvenes por la baja remuneración

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Titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Madrid, Marcelino Sexmero es portavoz de la Asociación de Jueces y Magistrados Francisco de Vitoria, que agrupa a 630 de los 4.800 profesionales de la carrera.
Desde su perspectiva de juez, ¿cuál es el principal problema de la justicia en España?
El problema es estructural, de décadas, de definición en lo que afecta tanto a jueces y magistrados como a la administración de la justicia. En primer lugar, en España hay menos jueces que en la media europea. Eso se nota en la respuesta que damos es siempre en tiempo superior al deseable por los ciudadanos. Hay 4.800 jueces en España y debería haber 8.000 o 10.000, el doble. En segundo lugar, hay un defecto también en cuanto a la oficina judicial. La estructura judicial por partidos es obsoleta y deviene la necesidad de una nueva oficina. El Ministerio ha creado la Nueva Oficina Judicial, pero es administrativista y burocrática, se copia el diseño de una oficina administrativa normal sin tener en cuenta que la administración de justicia no es así. Estamos abocados a la lentitud y el exceso de papel. Y finalmente tenemos el tercer cuello de botella, que son las leyes procesales. Se hizo una nueva Ley de Enjuiciamiento Civil, que fue positiva porque el juez ve a las partes y antes solo resolvía por escrito, pero fue una ley sin memoria económica. Los jueces que antes estaban en su despacho tienen que dedicar ahora más tiempo a los asuntos y así desde que entra la demanda hasta la sentencia pasan tres o cuatro años.
¿Usted apostaría por algún tipo de copago en el sistema?
Hay un déficit de financiación en la justicia. A pesar del incremento presupuestario de los dos últimos años, no ha sido suficiente. Como no puede haber más recursos de los Presupuestos, la única manera sería volver a cobrar una tasa en civil, contencioso y laboral que, sin ser importante para el ciudadano, suponga un aporte. Pero la tasa que existe ahora en civil en primera instancia va a la Agencia Tributaria y no se queda en la Administración de justicia. No tiene sentido crear una tasa que no se quede en los juzgados. Hay otra fórmula de financiación y es que los intereses de las cuentas judiciales no fueran a Hacienda sino que se queden en la justicia.
El CGPJ dice que el atasco pone en peligro la tutela judicial efectiva.
Efectivamente. La justicia ni tiene que ser demasiado ágil ni lenta. Ambas cosas producen una quiebra de la tutela judicial efectiva porque el ciudadano piensa que para qué va a ir a la justicia si no se miran los papeles o se los miran muy tarde.
¿Cómo ve el debate en torno a la fórmula de acceso a la carrera?
Hay un problema derivado de Bolonia. Al quitar la licenciatura sucede que en todas las oposiciones para las que se exigía ser licenciado ahora hay que elegir qué titulación se exige. En judicatura me da la sensación de que se va a ir por exigir el máster. En cuanto a las posiciones, Francisco de Vitoria piensa que son el mejor método posible porque garantizan la objetividad y la independencia de los jueces. Cualquier otro sistema no garantiza que las personas elegidas sean independientes. Estamos de acuerdo en que hay que completar la formación con otros conocimientos y para eso está la Escuela Judicial, pero esta no puede ser que dure dos años porque es un castigo. Soy partidario de oposición y una escuela judicial de seis u ocho meses.
Tras la creación de los juzgados de lo mercantil, ¿se debe profundizar en la especialización de los jueces?
Hay un poco de controversia, pues unos piensan que hay que especializarse y yo pienso que es lo peor que ha ocurrido. Centrarse demasiado en una parte del ordenamiento jurídico y olvidarse del resto nunca es bueno. Puede haber especialización en familia, en laboral o contencioso porque hay criterios diferentes al civil y penal. Pero que dentro de lo civil empecemos a dividir que si en violencia de género, que si lo mercantil, que si arbitrajes... esto no es positivo. Un exceso de especialización perjudica la visión de conjunto necesaria.
¿Resulta atractiva la carrera judicial para los jóvenes ahora?
Ahora mismo, no. De hecho, si yo tuviera 23 años, recién licenciado en Derecho y tuviera que hacer oposiciones, no sé si haría judicatura. Hoy cuesta más años, yo la saqué en tres, pero ahora se está llegando a los seis y siete años. Luego tienes dos años de Escuela Judicial, ahora los jueces se ponen a ejercer con 34 años. En materia salarial perdemos poder adquisitivo y es más atractivo ser notario, abogado de Estado, inspector de Hacienda o de Trabajo.

"Transferir la justicia a las regiones fue un error"

¿Qué balance hace del traspaso de la justicia a las comunidades?
Tenemos incidiendo a tres Administraciones: el CGPJ, el Estado y 17 comunidades, cada una con su sistema informático, su gestión diferente... esto fue un error. Se tenía que haber quedado en el Ministerio de Justicia o que todas las competencias las hubiera asumido el CGPJ, que es lo que estamos reclamando ahora. La gestión de personal y la retributiva debería centralizarse en el CGPJ. Pero las comunidades tienden a recoger todas las competencias y siempre pedirán más. Hay órganos judiciales en la periferia de Madrid y en Valencia que han sido aprobados por el Ministerio de Justicia pero que no van a entrar en vigor porque las comunidades no tienen dinero. ¿Cómo se puede invertir y hacer las reformas necesarias si tienes que poner de acuerdo a tres Administraciones? No tiene sentido.
¿Qué se puede hacer para borrar la imagen de politización de la justicia?
Por un lado, están los políticos, que son los que han politizado la justicia. Por otro, estamos los jueces, que también tendremos que hacer algo para evitarlo. Si el poder judicial es independiente, los partidos han de prescindir del partidismo a la hora de elegir a los miembros del TC y del CGPJ, escogiendo a los que tengan más mérito y capacidad. Si los políticos no se dejan de intentar mangonear al CGPJ y al TC, lógicamente esto no tiene solución. Desde el punto de vista de los jueces ya elegidos, deberían prescindir de esa rendición de pleitesía a los políticos y comportarse con total independencia. Si no se actúa desde los dos lados, tendremos una imagen de politización evidente.
¿Habrá acuerdo sobre laretribución variable con el Ministerio de Justicia?
Creo que sí, aunque estamos viviendo la cicatería más absoluta. Estamos hablando de cuatro duros. Son 7 millones que, repartidos entre cuatro mil y pico jueces, tocamos a 1.700 euros brutos de media al año. Para esto, estamos todo el día a la gresca

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