Carta de un profesor interino de Madrid en huelga
David Mendoza es profesor interino. Las últimas 2 convocatorias de oposiciones (2008 y 2010) aprobó con nota superior al 7, pero sin obtener plaza por no tener suficientes años de experiencia docente
Datos contrastados hablan de un recorte de 80 millones de euros en la partida presupuestaria de la Comunidad de Madrid para Educación.
Para amedrentar a la comunidad educativa se adoptó a una postura agresiva. Primero la Presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre proclamó ante las cámaras que los profesores trabajábamos mucho menos que cualquier otro trabajador. Que ya le gustaría a muchos trabajar sólo las 18 horas semanales que veníamos desempeñando, así que en época de crisis había que arrimar el hombro y subir a 20 horas.
El daño ya estaba hecho. Reafirmaciones. Desmentidos. Disculpas en su cuenta de Twitter. La frase ya había calado. Y aún hoy, semanas después dicho “argumento” es utilizado por políticos y periodistas. No es la única mentira dicha por Aguirre o por su Consejera de Educación Lucía Figar. Se habla que otras comunidades ya se dan 21horas a la semana (Andalucía), cuando quién escribe tiene familia y amigos docentes allí que pueden desmentirlo. Se dice que las elecciones traen estas reivindicaciones, que están politizadas. Que “el recorte no afectará a la calidad de la Educación”. Así una tras otras se repiten aseveraciones tan fáciles de rebatir, como un barco de papel es de hundir en un río.
No sigamos pues ese discurso y hablemos pues de lo irrebatible. Datos contrastados hablan de un recorte de 80 millones de euros en la partida presupuestaria de la Comunidad de Madrid para Educación. A su vez, de 90 millones de desgravaciones fiscales se aplicarán en este próximo IRPF para escolarización, dícese, para aquellas familias que llevan sus hijos a colegios privados. Sumen a ello que el suelo reservado para escuelas públicas se regala a las privadas, argumentando que no hay dinero para construir escuelas, pero que es necesario que existan más plazas para alumnos.
Lo que es cierto es que este año hay más matriculaciones en la Pública (debido a la crisis) y que como donde antes se daba 18 ahora se da 20, se han ahorrado un número de trabajadores (interinos), que venían trabajando con contratos fijos-discontinuos durante los últimos años. Pero si el número de alumnos crece y el de docentes disminuye, las matemáticas nos dicen que aumentará la proporción de alumnos por clase. Aún se reafirman Presidenta y Consejera que “el recorte no afectará a la calidad de la Educación”. Es la gota que colma el vaso.
Desde hace varios cursos la partida presupuestaria para la Pública se reduce. Desaparece la atención a la diversidad en el aula. Primero cayeron las aulas de enlace y compensatoria, que acogían a estudiantes con desfase en el currículo de dos años respecto a su grupo de referencia, o a aquellos inmigrantes que no conocían el idioma y necesitaban esa adaptación antes de pasar también con su grupo de referencia.
Este año toca ampliación horaria con su consiguiente reducción de profesores interinos, reducción de orientadores y profesionales de audición lenguaje y de psicología terapéutica. Hay profesores impartiendo materias que no son las suyas. Desaparecen los desdobles (partición del grupo en dos o tres) que permitían hacer prácticas de laboratorio o idiomas. Se cierran bibliotecas, ya que no hay profesores para llevarlas. Las guardias se reducen, así que si alguien cae enfermo a ver qué hacemos con los alumnos, ya que no hay quién pueda sustituirle esas horas.
Todo esto lleva a que las aulas estén masificadas, con chicos con necesidades educativas especiales pero sin profesor de apoyo. El docente se encuentra con un mayor número de alumnos, menos recursos y sin posibilidad de atenderles a todos. Pero Presidenta y Consejera repiten: “el recorte no afectará a la calidad de la Educación”.
- J. Goebbels: “una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”.
Medios de (des)comunicación.
El papel de los medios como Servicio de Inteligencia, a dos meses vista de las elecciones, es de extrema relevancia. Cada fuerza política tiene sus grupos de comunicación afines. Con la televisión digital terrestre el número de cadenas de televisión y con ellos el número de “periodistas” en los “programas de opinión”, han florecido cuales setas en bosque húmedo.
La calidad de la información ha solido ser sesgada, partidista o en el mejor de los casos erróneas por no haber investigado correctamente. La necesidad de titulares y el fuego de artillería desplegado tras ellos ha sido brutal. Se ha intentado polarizar a la población, a menudo demonizando al colectivo docente.
Se ha vuelto a incidir en el número de horas que se trabaja a la semana (como si un futbolista sólo trabajara 90 minutos, un cirujano sólo cuando está en la mesa de operaciones, o una Presidenta sólo cuando está sentada en su bancada). Se nos ha comparado con distintos países, así como nuestros sueldos, etc. Especial mención aparte merece Telemadrid, por la calidad de la desinformación que ofrecía. Que si modifico unas gráficas para que parezca que los docentes ganan más dinero. Que si hago una encuesta pero no doy el teléfono para llamar, eso sí, los resultados avalan mi punto de vista…
Mi preferido es sin duda la apertura informativa del día 20 de Septiembre: “el seguimiento de la huelga en los Centros Concertados es nula”. ¡Pero si la huelga es de la Enseñanza Pública! Puestos a informar así podían haber informado que el seguimiento fue nulo en el Metro de Madrid, la RENFE y El Corte Inglés. Pero estos profesionales de Telemadrid son muy amables en comparación con los tertulianos de la TDT, radio y periódicos de los medio afines cuya labor de desinformación ha sido exquisita.
Sindicatos y comunidad educativa.
Los profesores de la Comunidad se dividen entre colegios privados, concertados y públicos. A su vez, según la etapa (cuerpo) son docentes de Infantil y Primaria, o de Secundaria, Bachiller y F.P. Los sindicatos mayoritarios en Madrid elegidos en las pasadas elecciones de 2010 fueron: CC.OO.(93 representantes), ANPE (45), CSIF (35), UGT (24), CGT (2). La visión de cada sindicato sobre la situación y cómo actuar es dispar.
Estos últimos años el ataque a la enseñanza ha sido global en todas las etapas, pero el colectivo no ha sabido implicarse con las reivindicaciones de cada cuerpo. El sentimiento de desunión ha sido muy grande, así como el de no estar representados y defendidos por dichos sindicatos.
Las huelgas que se promovían eran de días sueltos, en su mayoría en fechas cuya incidencia fuera mínima. Los docentes pedían más contundencia a los sindicatos y éstos respondían que si no se secundaban sus huelgas no iban a promover más. La teoría de la pescadilla que se muerde la cola y el caldo perfecto para dar barra libre al Gobierno para hacer y deshacer a su antojo.
La situación tras saber las medidas a tomar para el curso 2011-12 ha cambiado. En los claustros de final de curso pasado se trataron las noticias “extraoficiales” que nos llegaban. Los docentes empezaron a aunar fuerzas y posturas, transmitiendo sus opiniones mediante cartas a la Consejería, asociaciones de padres y madres de alumnos y a los sindicatos. De nada sirvieron las quejas, ya que el citado día 14 de Julio se hicieron oficiales todos los malos augurios: más recortes de docentes y especialistas, recortes de becas y privatización de las horas de refuerzo. Dicho “Plan Refuerza”, es de horas complementarias por las tardes que son gratis para los alumnos, pero impartidas por una empresa privada que por cierto paga a sus asalariados 170 euros brutos al mes por dichas clases.
La comunidad educativa ha respondido. Los sindicatos crearon asambleas que fueron recogiendo las opiniones de los claustros de cada instituto. Con una mayoría cercana al 57% se votó en los claustros una huelga indefinida de Martes, Miércoles y Jueves.
La primera semana de concentraciones masivas en la capital y las huelgas han sido todo un éxito, a pesar de la campaña de desinformación oficial. La Presidenta decía el día 14 de Septiembre que los manifestantes eran “liberados sindicales” (sic). Alrededor de 20.000 personas en la calle, madres, padres, niños, niñas, profesores… Un ejercicio de ceguera voluntaria el de esta señora. Después llegaron las guerras de cifras ridículas sobre el seguimiento de paros y otras concentraciones.
Sin embargo, el dato presente es que un colectivo con profesores de todas las ideologías se ha unido sacando a la calle más de 50.000 personas (6.000 ó 90.000 según Consejería/sindicatos) y participando en un más de un 70% en los paros (40% u 80% según las fuentes)
El futuro es una incógnita. La desunión llega por todos lados. Los sindicatos no se ponen de acuerdo si la huelga debe ser de 2 ó 3 días a la semana, si debe ser una vez al mes o indefinida. La sensación inicial era de poderío y de orgullo por conseguir esa unión. La misma que puede desaparecer si los sindicatos no eligen correctamente la opción a seguir.
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David Mendoza es un profesor interino.
Las últimas dos convocatorias de oposiciones (2008 y 2010) aprobó con una nota superior al 7, pero sin obtener plaza por no tener suficientes años de experiencia docente.
La comunidad educativa de Madrid (alumnos, alumnas, padres, madres, docentes y personal no docente) ha alargado el calor de estos últimos días de verano. Las instrucciones de principio de curso, entregadas desde la Consejería de Educación a los institutos el 14 de Julio eran la gota que colmaba el vaso.
Los recortes presupuestarios incidían esta vez sobre la cantidad de horas lectivas por docente, que se aumentaba en 2 horas a la semana. Como el horario del trabajador es cerrado de 37.5 horas a la semana, se tendría que quitar esas nuevas horas de docencia directa de otro lugar (se proponía desde la Consejería que se retiraran las horas de tutoría). Esto es importante, porque se ha utilizado este argumento desde el Gobierno de la Comunidad para arrojar a los docentes a los pies de los caballos.
Para amedrentar a la comunidad educativa se adoptó a una postura agresiva. Primero la Presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre proclamó ante las cámaras que los profesores trabajábamos mucho menos que cualquier otro trabajador. Que ya le gustaría a muchos trabajar sólo las 18 horas semanales que veníamos desempeñando, así que en época de crisis había que arrimar el hombro y subir a 20 horas.
El daño ya estaba hecho. Reafirmaciones. Desmentidos. Disculpas en su cuenta de Twitter. La frase ya había calado. Y aún hoy, semanas después dicho “argumento” es utilizado por políticos y periodistas. No es la única mentira dicha por Aguirre o por su Consejera de Educación Lucía Figar. Se habla que otras comunidades ya se dan 21horas a la semana (Andalucía), cuando quién escribe tiene familia y amigos docentes allí que pueden desmentirlo. Se dice que las elecciones traen estas reivindicaciones, que están politizadas. Que “el recorte no afectará a la calidad de la Educación”. Así una tras otras se repiten aseveraciones tan fáciles de rebatir, como un barco de papel es de hundir en un río.
No sigamos pues ese discurso y hablemos pues de lo irrebatible. Datos contrastados hablan de un recorte de 80 millones de euros en la partida presupuestaria de la Comunidad de Madrid para Educación. A su vez, de 90 millones de desgravaciones fiscales se aplicarán en este próximo IRPF para escolarización, dícese, para aquellas familias que llevan sus hijos a colegios privados. Sumen a ello que el suelo reservado para escuelas públicas se regala a las privadas, argumentando que no hay dinero para construir escuelas, pero que es necesario que existan más plazas para alumnos.
Lo que es cierto es que este año hay más matriculaciones en la Pública (debido a la crisis) y que como donde antes se daba 18 ahora se da 20, se han ahorrado un número de trabajadores (interinos), que venían trabajando con contratos fijos-discontinuos durante los últimos años. Pero si el número de alumnos crece y el de docentes disminuye, las matemáticas nos dicen que aumentará la proporción de alumnos por clase. Aún se reafirman Presidenta y Consejera que “el recorte no afectará a la calidad de la Educación”. Es la gota que colma el vaso.
Desde hace varios cursos la partida presupuestaria para la Pública se reduce. Desaparece la atención a la diversidad en el aula. Primero cayeron las aulas de enlace y compensatoria, que acogían a estudiantes con desfase en el currículo de dos años respecto a su grupo de referencia, o a aquellos inmigrantes que no conocían el idioma y necesitaban esa adaptación antes de pasar también con su grupo de referencia.
Este año toca ampliación horaria con su consiguiente reducción de profesores interinos, reducción de orientadores y profesionales de audición lenguaje y de psicología terapéutica. Hay profesores impartiendo materias que no son las suyas. Desaparecen los desdobles (partición del grupo en dos o tres) que permitían hacer prácticas de laboratorio o idiomas. Se cierran bibliotecas, ya que no hay profesores para llevarlas. Las guardias se reducen, así que si alguien cae enfermo a ver qué hacemos con los alumnos, ya que no hay quién pueda sustituirle esas horas.
Todo esto lleva a que las aulas estén masificadas, con chicos con necesidades educativas especiales pero sin profesor de apoyo. El docente se encuentra con un mayor número de alumnos, menos recursos y sin posibilidad de atenderles a todos. Pero Presidenta y Consejera repiten: “el recorte no afectará a la calidad de la Educación”.
- J. Goebbels: “una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”.
Medios de (des)comunicación.
El papel de los medios como Servicio de Inteligencia, a dos meses vista de las elecciones, es de extrema relevancia. Cada fuerza política tiene sus grupos de comunicación afines. Con la televisión digital terrestre el número de cadenas de televisión y con ellos el número de “periodistas” en los “programas de opinión”, han florecido cuales setas en bosque húmedo.
La calidad de la información ha solido ser sesgada, partidista o en el mejor de los casos erróneas por no haber investigado correctamente. La necesidad de titulares y el fuego de artillería desplegado tras ellos ha sido brutal. Se ha intentado polarizar a la población, a menudo demonizando al colectivo docente.
Se ha vuelto a incidir en el número de horas que se trabaja a la semana (como si un futbolista sólo trabajara 90 minutos, un cirujano sólo cuando está en la mesa de operaciones, o una Presidenta sólo cuando está sentada en su bancada). Se nos ha comparado con distintos países, así como nuestros sueldos, etc. Especial mención aparte merece Telemadrid, por la calidad de la desinformación que ofrecía. Que si modifico unas gráficas para que parezca que los docentes ganan más dinero. Que si hago una encuesta pero no doy el teléfono para llamar, eso sí, los resultados avalan mi punto de vista…
Mi preferido es sin duda la apertura informativa del día 20 de Septiembre: “el seguimiento de la huelga en los Centros Concertados es nula”. ¡Pero si la huelga es de la Enseñanza Pública! Puestos a informar así podían haber informado que el seguimiento fue nulo en el Metro de Madrid, la RENFE y El Corte Inglés. Pero estos profesionales de Telemadrid son muy amables en comparación con los tertulianos de la TDT, radio y periódicos de los medio afines cuya labor de desinformación ha sido exquisita.
Sindicatos y comunidad educativa.
Los profesores de la Comunidad se dividen entre colegios privados, concertados y públicos. A su vez, según la etapa (cuerpo) son docentes de Infantil y Primaria, o de Secundaria, Bachiller y F.P. Los sindicatos mayoritarios en Madrid elegidos en las pasadas elecciones de 2010 fueron: CC.OO.(93 representantes), ANPE (45), CSIF (35), UGT (24), CGT (2). La visión de cada sindicato sobre la situación y cómo actuar es dispar.
Estos últimos años el ataque a la enseñanza ha sido global en todas las etapas, pero el colectivo no ha sabido implicarse con las reivindicaciones de cada cuerpo. El sentimiento de desunión ha sido muy grande, así como el de no estar representados y defendidos por dichos sindicatos.
Las huelgas que se promovían eran de días sueltos, en su mayoría en fechas cuya incidencia fuera mínima. Los docentes pedían más contundencia a los sindicatos y éstos respondían que si no se secundaban sus huelgas no iban a promover más. La teoría de la pescadilla que se muerde la cola y el caldo perfecto para dar barra libre al Gobierno para hacer y deshacer a su antojo.
La situación tras saber las medidas a tomar para el curso 2011-12 ha cambiado. En los claustros de final de curso pasado se trataron las noticias “extraoficiales” que nos llegaban. Los docentes empezaron a aunar fuerzas y posturas, transmitiendo sus opiniones mediante cartas a la Consejería, asociaciones de padres y madres de alumnos y a los sindicatos. De nada sirvieron las quejas, ya que el citado día 14 de Julio se hicieron oficiales todos los malos augurios: más recortes de docentes y especialistas, recortes de becas y privatización de las horas de refuerzo. Dicho “Plan Refuerza”, es de horas complementarias por las tardes que son gratis para los alumnos, pero impartidas por una empresa privada que por cierto paga a sus asalariados 170 euros brutos al mes por dichas clases.
La comunidad educativa ha respondido. Los sindicatos crearon asambleas que fueron recogiendo las opiniones de los claustros de cada instituto. Con una mayoría cercana al 57% se votó en los claustros una huelga indefinida de Martes, Miércoles y Jueves.
La primera semana de concentraciones masivas en la capital y las huelgas han sido todo un éxito, a pesar de la campaña de desinformación oficial. La Presidenta decía el día 14 de Septiembre que los manifestantes eran “liberados sindicales” (sic). Alrededor de 20.000 personas en la calle, madres, padres, niños, niñas, profesores… Un ejercicio de ceguera voluntaria el de esta señora. Después llegaron las guerras de cifras ridículas sobre el seguimiento de paros y otras concentraciones.
Sin embargo, el dato presente es que un colectivo con profesores de todas las ideologías se ha unido sacando a la calle más de 50.000 personas (6.000 ó 90.000 según Consejería/sindicatos) y participando en un más de un 70% en los paros (40% u 80% según las fuentes)
El futuro es una incógnita. La desunión llega por todos lados. Los sindicatos no se ponen de acuerdo si la huelga debe ser de 2 ó 3 días a la semana, si debe ser una vez al mes o indefinida. La sensación inicial era de poderío y de orgullo por conseguir esa unión. La misma que puede desaparecer si los sindicatos no eligen correctamente la opción a seguir.
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David Mendoza es un profesor interino.
Las últimas dos convocatorias de oposiciones (2008 y 2010) aprobó con una nota superior al 7, pero sin obtener plaza por no tener suficientes años de experiencia docente.
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